jueves, 12 de diciembre de 2013

El martes Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la producción y venta de marihuana, iniciativa considerada por el gobierno como un experimento con el que busca enfrentar al narcotráfico, en una región que sufre la lucha contra las drogas.

uruguay legaliza la marihuana

Luego de  12 horas de debate,  con 16 votos a favor en 29, los de la coalición de izquierda del Frente Amplio, el Senado uruguayo dio sanción definitiva a un inédito y polémico proyecto que habilitará la producción, distribución y venta de cannabis, el autocultivo y los clubes de consumidores, todo bajo control estatal.
La votación fue recibida por vítores y un cerrado aplauso de parte de defensores de la legalización que colmaron las barras y con fuegos artificiales por cientos que esperaron en el exterior la votación fumando cannabis, en un clima de fiesta.
El senador oficialista Alberto Couriel justificó su voto: “Es un día histórico. Uruguay pasa a ser una especie de vanguardia internacional en este tema”.
“Uruguay está votando esta ley en un contexto de leyes de defensa de los derechos. La flamante norma se suma a la legalización del aborto y del matrimonio homosexual aprobados en los últimos meses”.
Esta  iniciativa fue  promovida por el presidente José Mujica, quien no dudó  en calificarla como un experimento asegurando que ‘si no funciona está dispuesto a dar marcha atrás’.
Mujica  manifestó el martes para el  canal 4 de televisión local: “Las dudas que genera el inédito proyecto, que va más allá que las legislaciones de los estados estadounidenses Washington y Colorado o de países como Holanda o España, son legítimas”.
“Pero la duda no nos puede paralizar para ensayar nuevos caminos ante un problema que nos tiene agarrados. No estamos totalmente preparados para la implementación de la ley”.
Los legisladores oficialistas defendieron el proyecto como una alternativa al fracaso de décadas de guerra contra las drogas, como forma de arrebatarle el mercado al narcotráfico y de controlar un consumo que ya existe.
El senador Roberto Conde aseguró que: “el proyecto busca solucionar la  grotesca incongruencia jurídica  que implica que si bien el consumo de drogas no está penado en Uruguay, hasta ahora sí lo estaba su producción y comercialización”.
Según las autoridades uruguayas hay unos 128.000 fumadores de marihuana, aunque las asociaciones de consumidores calculan que rondan los 200.000, en un país con una población de 3,3 millones de habitantes.
Ahora los mayores de 18 años podrán acceder a la droga mediante el autocultivo, clubes de consumidores o comprándola en farmacias, en todos los casos con límites y previo registro ante el Estado.
La oposición  rechazó la iniciativa, por considerarla ‘un  proyecto inconstitucional provocando un aumento del consumo’.
El senador Alfredo Solari, del opositor Partido Colorado dijo: “Ni nuestro gobierno ni el resto del mundo debería experimentar con los uruguayos”.
La iniciativa es también cuestionada por: ‘los químicos farmacéuticos, que rechazan que la droga sea vendida en farmacias, y divide a los psiquiatras, enfrentando a quienes afirman que puede abatir el consumo de drogas más peligrosas y quienes sostienen que banaliza los efectos nocivos del cannabis’.
Según encuestas, ‘más del 60% de la población desaprueba la iniciativa’.
Julio Rey, vocero de la Coordinadora nacional por la regulación de la marihuana manifestó que: “este es el proyecto de consenso posible”.
“Festejamos el fin de la prohibición, pero esto no es la meta, al contrario, es el punto de partida: la aprobación de esta ley da más y mejores armas en la lucha de avanzar en libertades, sin persecución y sin estigmatizaciones”.
En una región donde la guerra contra las drogas deja  decenas de miles de muertos, la ley fue respaldada por expresidentes latinoamericanos integrantes de la Comisión Global de Política de Drogas, pero vista con preocupación por los países vecinos Argentina o Brasil.
Según la ONG estadounidense Drug Policy Alliance (DPA): “la aprobación es histórica y catalizará el apoyo a este tipo de medidas en la opinión pública latinoamericana”.
El director ejecutivo de DPA, Ethan Nadelmann dijo: “Si antes la pregunta era ‘cómo erradicar la marihuana’ (…) ahora la pregunta es ‘cuál es la mejor forma de regularla legalmente”.
La aprobación de la norma no tendrá efecto inmediato, ya que tras su promulgación el Ejecutivo tendrá 120 días para reglamentarla, lo  que determinará aspectos como qué variedades de la droga se producirán, con qué grado de concentración, cómo se otorgarán las licencias para plantar o cómo y dónde se cultivará.
Las autoridades explicaron  que: “el cannabis legal costará igual que en el mercado negro y será de mejor calidad”.
“Si todo sale según los planes gubernamentales, los primeros cultivos controlados por el Estado se iniciarían después de abril de 2014”.

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