El hombre señaló que, de repente, “comenzó a escuchar voces en su mente y a tener alucinaciones justo antes de que empezara el acto para despedir al Premio Nobel el martes pasado”.
Como consecuencia, aseguró, que “perdió la concentración en el estrado del estadio FNB de Johannesburgo, abarrotado por miles de personas y cientos de líderes mundiales”.
“No podía hacer nada. Estaba solo en una situación muy peligrosa. Intenté controlarme y no mostrar al mundo lo que pasaba”, afirmó Jantjie, quien pidió disculpas a la comunidad de sordo mudos de Sudáfrica.
“La vida es injusta -lamentó-. Esta enfermedad es injusta. Quien no entienda esta enfermedad pensará que lo estoy inventando”.
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