viernes, 10 de enero de 2014

Docentes y no docentes del colegio Guido Spano, acompañados por padres de alumnos, organizaciones cooperativas, legisladores y funcionarios nacionales, definieron continuar como una cooperativa de trabajo tras el intempestivo cierre.

cooperativa en el guido spano

Tras cuatro horas de debate, los trabajadores eligieron a Javier Lamónica, profesor de Historia de secundario, como presidente de la Cooperativa; y también conformaron el consejo de administración y designaron al síndico.
Marcial Costoya, ahora secretario de la Cooperativa, dijo: “recién terminó la reunión y manifestamos nuestra voluntad de concretar el proyecto que teníamos en mente”.
“Fue un proceso en donde nos fuimos asesorando con distintos organismos y nos pareció una oportunidad concreta de volver a hacer funcionar el colegio y conservar la fuente de trabajo”.
“Mañana encararemos una serie de actividades y reuniones para trabajar; por lo pronto, trataremos de conseguir la llave del edificio  de Billinghurst 1355, sede del histórico colegio porteño  Guido Spano”.
La reunión comenzó a las 16:00  en la sede del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP), junto con coordinadores del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), quienes realizaron una primera capacitación para que los 58 trabajadores puedan conformar la cooperativa.
María Fernanda Benítez, titular de SADOP porteño explicó: “Para nosotros significa continuar con las fuentes de trabajo y por eso es clave poder suministrar apoyo en este proceso, que es una nueva forma de organización, ya que ahora de empleados van a pasar a ser miembros”.
De la reunión también participaron la legisladora porteña María Rachid, el Subsecretario del Ministerio de Trabajo nacional Eduardo Montes, y representantes de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar).
Gustavo Spinelli, padre de Nicolás y Gonzalo, alumnos del Guido Spano dijo: “Los padres  apoyamos esta decisión al cien por ciento y estamos esperanzados de que nuestros hijos comiencen el colegio cuanto antes”.
“Tenemos mucha confianza en la gente del INAES y demás organismos que nos ayudaron en el proceso y todos los papás vamos para adelante con esto, porque nuestra consigna es que ‘la gente del Guido Spano no se mueve’”.
El conflicto comenzó el 31 de diciembre cuando un camión de mudanza intentó llevarse mobiliario de la escuela y documentación de los alumnos, sin previo aviso, por el desalojo dispuesto por la justicia en el marco de un litigio de dos sociedades anónimas.
La entonces abogada del Guido Spano, Andrea Cruz, fue quien dio la noticia el 2 de enero de que “el edificio fue vendido hace cinco años” y que la sociedad anónima dueña del colegio siguió alquilando el inmueble hasta que venció el contrato.
“No hubo otra alternativa, se buscó otro lugar en la zona y lamentablemente no se encontró uno para abrir el colegio en otro lugar”.
Desde que el Guido Spano cerró sus puertas docentes, no docentes y padres comenzaron a debatir formas de continuidad, para no dejar en la calle a 58 trabajadores y sin lugar de estudio a los 350 alumnos que concurren a la institución en sus tres niveles, jardín, primario y secundario.
La iniciativa de generar una cooperativa para continuar con el proyecto educativo se consolidó cuando se reunieron con autoridades del INAES y también con el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, quien prometió la continuidad del subsidio que la Ciudad aportaba a la institución.
Tras días de incertidumbre, en la reunión quedó definida la nueva forma de gestión, que ahora estará a cargo de los propios trabajadores.

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