Este camino está correctamente señalizado y la obra pública permitía una mejor comunicación entre estas localidades.
Pero durante el viaje comenzaron a ocurrir cosas muy extrañas, ya que no tenían explicaciones para justificar los hechos.
Todo se desarrolla en el km 239, donde sumaron más de cien accidentes anormales.
La policía comenzó a investigar de manera meticulosa los acontecimientos, y entrevistaron a las personas que lograron sobrevivir a los accidentes.
Estas personas confirmaron que “Cuando pasaron por el kilómetro 239, una fuerza poderosa tomaba el control de sus vehículos, que luchaban para mantener el control, pero era imposible, sacaba el vehículo del camino y eran arrojados lejos poniendo en grave peligro sus vidas. En alguna ocasión, llegaban a ser casi diez accidentados por día”.
Las autoridades no consiguieron una explicación coherente o científica de los accidentes.
Así fue que consultaron a un experto en temas paranormales, Carl Wehrs, conocido por ser un prestigioso adivino.
Wehrs, fue al lugar y determinó que “el misterio de la fuerza poderosa estaba debajo de sus pies”.
Y que “un río subterráneo pasaba debajo de la carretera justo en ese tramo y producía una corriente magnética capaz de provocar los accidentes”.
Las autoridades verificaron lo dicho por Wehrs, al realizar una prueba de magnetismo y resultó positiva.
Por pedido del adivino ‘se enterró junto a la carretera una caja con piezas de cobre, con la finalidad de desviar el magnetismo y evitar los accidentes’.
Durante el tiempo que la caja estuvo enterrada, no sucedió nada, pero al retirarla volvieron los accidentes.
Por supuesto, las autoridades volvieron a enterrar la caja y hasta el día de hoy no ocurrieron más accidentes en el kilómetro 239.
Pero según afirman algunas personas, ‘podría ser una fuerza maligna que predomina en el lugar y que esa misteriosa caja contiene un conjuro y secretos para detenerla’.
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