domingo, 15 de enero de 2012

REVUELO EN GUATEMALA POR EL RUMOR DE QUE AHMADINEYAD VIAJARÍA A ESE PAIS.

IRÁN

TERROR AL RUMOR DE UNA VISITA 
por Carlos Maldonado
(Colectivo La Gotera)



Gran revuelo causó en Guatemala el rumor de que el presidente iraní Mahmoud
Ahmanideyad visitaría el país aprovechando su periplo por algunos países de
Latinoamérica, en el marco de la toma de posesión del nuevo presidente
electo, Otto Pérez Molina.



Columnistas y editorialistas de esa prensa genuflexa a la oligarquía se
apresuraron a satanizar la llegada del demoníaco visitante. Sus voces
encendieron las alarmas que en conclusión afirmaban que sería ?una afrenta
contra la democracia, contra la civilización, un espaldarazo al terrorismo?
y un rosario de otros aspavientos de la vieja histeria.



Para tranquilidad de la rancia oligarquía y su prensa anodina, Ahmanideyad
no posará su pie en estas tierras. Y, no porque no desee estrechar
relaciones con nuestro país y la región, sino porque las condiciones de
aislamiento que ha impuesto ser la quinta frontera gringa así lo ha
establecido. ¡Dios nos guarde de enojar a los amos del Norte!



El estado de Guatemala, para mala fortuna de la mayoría, seguirá viendo con
los anteojos imperialistas. Viendo con desprecio a los que se han
desmarcado del amo pero añorando que el padrastro le dejé ir a ver que hay
detrás de la esquina. Como el esclavo doméstico miraba con desdén al
cimarrón que al huir alcanzaba la gloria de vivir libre pero con la
angustia del fugitivo cuya cabeza tiene precio, sin la comida segura de la
casa patronal, sin la seguridad de la mísera barraca pero que a cambio
obtenía el premio mayor de no besar más las manos del blanco, ni aguantar
su látigo y su desprecio, su socarronería y su prepotencia. En pocas
palabras, la dignidad.



Esa dignidad es la que no se alcanza todavía ni en ricos ni pobres. El
rico, por no perder lo acumulado cuya magnificencia, aún teniendo cientos
de vidas, jamás se dará abasto para gozar siendo su esfuerzo una cadena más
en su tobillo; el pobre que al añorar gozar lo del patrono no le importa a
base de intrigas y zalamerías, de robo y delito contra sus iguales, llegar
a gozar, ignorando que bajo esas premisas es igual que el perro que quiere
morder su cola. Sin embargo, la cola de los recursos se agota, las riquezas
de pocos se insuflan, la miseria de millones se agrava y lejos de mejorar
todos nos arruinamos. ¿Quién trabajará para otros? ¿Quién fabricará lo que
se desea gozar? ¿Qué será cuando el dinero no se pueda cambiar? ¿Quién
cultivará los campos? ¿Quién hará los trajes? ¿Cuántos autos se fabricarán
si la mayoría no tiene más que para caminar?



Un coto se tiene que poner a esta maldita espiral. Otros países han
entendido claramente que bajo el dogma neoliberal no es posible oxigenar la
economía, hacer participar a la gente, hacer reír a las personas ni darles
motivos para bailar. La guerra no es una cuestión natural, mucho menos
lógica. Guatemala también lo tiene que comprender, ojala no sea costa de
más muertos. Ojala haya un despertar.



Imperio es sinónimo de pasado, caducidad, expiración, muerte. Y, tanta es
esa la verdad que apenas 38 años han tenido que pasar para que las palabras
de aquel mártir de la Moneda volvieran a resucitarlo en las actuales
épocas: "Sigan ustedes sabiendo que, más temprano que tarde, se abrirán de
nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir
una sociedad mejor".

Latinoamérica está preñada de un nuevo ser. Se respira en el ambiente, en
esa fresca brisa que viene del sur que no será frenada ni siquiera a costa
de bombas.

Un nuevo ser que al igual que todos los seres humanos, desea reír, cantar y
bailar. Al fin y al cabo todos los que tenemos hijos o los que vemos a los
pequeños crecer, deseamos que así los sean y no que nazcan para obedecer y ser pisoteados; o pisotear y gritar.

No teman oligarcas, lacayos del Norte, ni Ahmanideyad, ni Chávez, ni
Castro, vendrán a asustaros. Al final no es por ellos sino por lo que
representan. Por esa postura firme y digna que se opone al dominio y la
tiranía que ya está latente en miles de ciudadanos y ciudadanas de esta
región que es que ustedes vociferan y lanzan improperios por medios de sus
escribanos. Sin embargo, aún dentro de esos cuerpos literarios la rebeldía
se ha erigido y como dijo un compañero de letras, los caraduras están
siendo desenmascarados.

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